Google anunció que limitará el acceso a su API de Google Translate y que tiene previsto cerrar su distribución completamente a partir del día 1 de diciembre de 2011.
La herramienta de Google Translate es uno de los traductores
más utilizados por los programadores para permitir la traducción de contenidos
en sus páginas y aplicaciones. Hasta ahora, la API necesaria para insertar esta
función ha estado a disposición de los desarrolladores, pero Google ha decidido
cortar el grifo.
En la página en la que se podía acceder a la API de Google
Translate, la compañía ha publicado un mensaje en el que alerta del cambio en
su política. La compañía asegura que los "sustanciales gastos económicos
causados por el enorme abuso" de peticiones de su API es la causa de que
hayan decidido parar su distribución.
La compañía también ha aprovechado para pedir a los
programadores que en los casos en los que se busque la traducción completa de
una web, no se recurra a la API y se utilice el servicio Google Translate Web
Elements.