El gobierno de Lisboa ha decidido cerrar a RTP2, el segundo canal público de televisión, y espera concesionar del resto de canales públicos a un grupo privado por un período de entre 15 a 25 años.
Así lo informa este fin
de semana el semanario luso Sol, quien asegura que si bien no hay confirmación
oficial, el ejecutivo ya habría tomado la decisión de avanzar con la privatización
de la televisión pública portuguesa.
"Esta solución
cumple tres objetivos del gobierno: eliminar de los Presupuestos Generales los
elevados costes que acarrea el grupo RTP/RDP, que en media supone unos 240
millones de euros anuales; mantener la propiedad pública de la empresa y
garantizar el cumplimiento del servicio público de contenidos, a través del
contrato firmado con el grupo privado que gane la concesión", asevera un análisis
del Diario El Mundo.
De esta forma, el Estado
abandona la gestión sin perder la posibilidad de recuperar la concesión una vez
terminado el plazo para el grupo privado. A cambio de quedarse con los ingresos
procedentes de los impuestos que los portugueses pagan a través de la factura
de la electricidad, que ronda los 140 millones de euros, el grupo que se haga
cargo de la RTP tendrá que mantener el servicio público. Además, podrá
gestionar como le parezca los espacios publicitarios, pero seguirán estando
limitados a seis minutos por hora, en vez de los doce minutos que tienen las
televisiones privadas.