El lunes se dio a conocer que Lidia Papaleo de Graiver, detenida durante la dictadura militar (1976-1983), traspasó sus acciones de Papel Prensa a los diarios La Nación, Clarín y La Razón mediante tortura, asegurando que hubo complicidad entre civiles y militares en este caso.
El semanario dominical Miradas al Sur dio a conocer el lunes el relato que hizo Papaleo de Graiver después de la reunión de los accionistas de Papel Prensa el pasado 20 de mayo, en el que expuso que recibió el ultimátum de muerte y enfrentando a representantes de las empresas que habrían participado en los horrores de lograr un traspaso en esa temible situación.
“Fui forzada a vender todo. No hubo sugerencias, fue firmas o te mato (..) Yo desaparecí y todo lo que pasó fue estando desaparecida. También firmé en La Plata estando desaparecida. Hice los careos con (Jacobo) Timerman (quien era director del diario La Opinión y estuvo secuestrado en la Plata, provincia de Buenos Aires) y todo lo relacionado con ese diario estando desaparecida. Desde el departamento de policía me llevaban a declarar envuelta en una manta gris, porque estaba totalmente quemada, perdí mis pechos, mi abdomen y también mis genitales durante la tortura, y me operaron en la cárcel de un tumor cerebral por los golpes que recibí. Al salir de la cárcel seguí viviendo todo esto, me siguieron amenazando, tuve que intervenir el teléfono y la situación siguió, siguió y siguió.”
Es de recordar que Lidia Papaleo regresó al país para solucionar los problemas de la empresa Papel Prensa, tras la muerte de su marido en un sospechoso accidente aéreo en México el 7 de agosto de 1976, lo que fue atribuido a un atentado en el cual intervino la Agencia Central de Inteligencia estadunidense, ya que este hombre estaba señalado como banquero de la organización clandestina Montoneros.
Se le preguntó si había vendido antes o después de que estuvo en la cárcel, y respondió que había vendido “antes y durante. En la cárcel ya estaba legal, me sacaban y me traían desaparecida para firmar y hacer el careo continuo. En una oportunidad fui a una casa donde había dejado las acciones de La Opinión –yo tenía todas las acciones de La Opinión–. Fui a ese lugar con un señor que era mi torturador –si bien eran varios y Darío Rojo, que era uno de ellos, ya murió– y estaban presentes (Miguel) Etchecolatz y (Ramón) Camps (uno fallecido y el otro detenido y condenado a cadena perpetua en el primer juicio oral en La Plata). El otro que estaba presente, que no era policía, se llama Cozzani y era el encargado de torturarnos. A mi lado murió mucha gente, incluso niños, porque traían a los padres y, si no hablaban, mataban a sus niños. También violaban a todo hombre que entraba, que supuestamente era homosexual”, relató.
Uno de los rostros que más dijo recordar de esas reuniones es el de Héctor Magnetto, el hombre poderoso del monopolio Clarín y una figura emblemática de los medios en ese país.
"Yo siempre he dicho que me acuerdo más de los ojos y de la cara de Magnetto que la de mis torturadores. Me dijo que tenía que firmar", afirmó Lidia Papaleo de Graiver.
Contó también que fue llevada en reiteradas oportunidades al edificio del diario La Nación para que se reuniera con Bartolomé Mitre (ex director), Héctor Magnetto, Bernardo Sofovich, Campos Carlés, todos ellos de los diarios que se quedaron con la mayoría del paquete accionario de Papel Prensa.
Via Urgente24