Gardner acababa de presentar los resultados de un gigantesco proyecto estratégico realizado durante un año con unos mil wiki-colaboradores en unas cuantas docenas de idiomas, lo que ha producido como resultado 26.000 páginas y un montón de buenas ideas, como la revisión por expertos de artículos; el uso offline, distribuido, de la Wikipedia; y la universidad basada en el wiki, en donde la investigación y el conocimiento no se pierden.
Gardner dice que empezaron el proyecto sabiendo que habría “una gran posibilidad de fracaso”. Era posible, aunque poco probable, que nadie asistiera a la fiesta. Era más probable, en mi opinión, que se impusieran los intereses periféricos y las ideas descabelladas. La fundación tenía que apostar por el éxito, contratando a un mediador que entendiese los peligros y a un consultor que aportase al proyecto “un cimiento de información”.
Ahí hay una lección (una lección sobre todo esto) para las empresas y las agencias gubernamentales que quieren aprender a hacer sus negocios en público: se puede colaborar a escala incluso en la estrategia. Es arriesgado; se necesitan cuidados y alimentación. Pero se puede y se debe de hacer si se quiere trabajar públicamente, en colaboración, con las partes constituyentes, tal y como ellos esperan.
Entre las prioridades que surgieron del proyecto figura expandir y hacer más profunda la Wikipedia en sus mercados en desarrollo, y aportar diversidad en sus mercados ya desarrollados. Gardner citó a Clay Shirky (es una ley, ya sabéis: la gente de los medios tenemos que hacerlo una vez al día), separando los proyectos “let it happen” [dejad que se produzcan] de los “make it happen” [haced que se produzcan]. La Wikipedia en inglés forma parte de los primeros; la hindi, de los segundos. De nuevo, ahí hay otra lección para otras iniciativas: cuando puedas crear una plataforma para hacer que las cosas sucedan, hazlo; pero también invierte en lo que se necesita y haz que las cosas sucedan.
Wikimedia tiene que entender los motivos de la gente que la ayudarían en cualquier tarea. Y han descubierto que la gente comparte sus esfuerzos en la Wikipedia porque intentan por principios hacer del mundo un lugar mejor, y se animan más a contribuir porque la Wikipedia se mantiene independiente de otros intereses. También quieren demostrar sus conocimientos. Si eres una empresa de información, con solo permitir escribir comentarios en los artículos no logras satisfacer ninguno de esos motivos. Ayudar a la gente a mejorar sus propias comunidades sí lo lograría.
El resultado para la Wikipedia es asombroso. Todo el trabajo de estos voluntarios que hacen un intercambio no lucrativo ha generado un activo valorado en unos 5.000 millones de dólares, con un impacto en el sector que probablemente es aún mayor que esa cifra. La fundación ha calculado el valor del esfuerzo que se produce simplemente en editar la Wikipedia (no en investigar ni en escribir), y tras asignarle un valor mínimo por hora de trabajo se quedaron asombrados al descubrir que suma unos 700 millones de dólares al año. Esa es la premisa económica del Cognitive Surplus de Clay Shirky (ahora soy yo quien cubre su cuota): con el tiempo, la oportunidad, las herramientas, el apoyo y el deseo, podemos crear wikipedias de valor incalculable.
Así pues, ¿cómo pueden aplicarse estas lecciones al gobierno y a las empresas? Le pregunté a Gardner si la Wikimedia Foundation haría consultorías o crearía plataformas para otros. Me dijo que es tentador, pero que ese no es su trabajo. Me gustaría investigar a través de la CUNY las lecciones que la Wikipedia y otras iniciativas de colaboración similares pueden aportar al periodismo. Sería inteligente que otros sectores observasen y se replanteasen cómo operan... y plantear estrategias.
Amigos, creo que la primera muestra de open-government sería llevar esta experiencia a la generación de políticas. Está ok, pero es difícil. Veo oportunidades para crear herramientas para que los ciudadanos asuman algunas de las tareas del gobierno. Recientemente (con motivo de mi próximo libro, Public Parts), entrevisté a Beth Noveck, encargada de la iniciativa de Obama de open-government, y me dio otro ejemplo que me gustó: la página online de la Seguridad Social tiene que mostrar contenido en otros idiomas. Si los usuarios pudieron traducir Facebook de forma colaborativa, ¿no podrían los ciudadanos traducir esa web y su información? De hecho, ¿no podrían también traducir el inglés a inglés, haciendo que la burocracia se entienda desde ámbitos no oficiales? Por supuesto, podríamos. Necesitamos a alguien como la Wikimedia Foundation que invierta el esfuerzo para ayudar a que eso ocurra.
Las empresas también podrían utilizar este planteamiento, por ejemplo para recibir input en el diseño de productos. Observemos a Dell: desde el inicio de internet, los clientes se han ayudado los unos a los otros con el servicio. Desde el inicio de la Idea Storm de Dell, han ido dando ideas. Hay un enorme terreno intermedio en diseño y manufactura en el que podrían participar los clientes si tuviesen la plataforma para hacerlo. No, no estoy hablando de ver computadores diseñados por un comité democrático o que se parezcan a Wikipedia (eso sería el Infierno Dell), pero sí creo que esos clientes pueden ayudar a mejorar cualquier producto si las empresas aportan la estructura y las inversiones, como Wikimedia, para escuchar. También he entrevistado para el libro a Jay Rogers, de Local Motors, que me ha descrito un proceso de ese tipo.
El hecho es que, al final, la Wikimedia funciona públicamente por una cuestión de ADN y los beneficios se le acumulan (pero no solo fruto del compromiso, la promoción y la distribución, sino también por estrategia). Ese es el siguiente paso para crear la compañía u organización verdaderamente pública.
Una última observación: Wikipedia es el único servicio público entra las 50 principales páginas web. No solo ha reunido contenido, sino también gente, los colaboradores que crean ese material y que ahora trabajan juntos en su estrategia conjunta. Mientras discutimos asuntos que nos preocupan como sociedad nueva, hay lecciones que podemos aprender del trabajo y estructura de la Wikimedia Foundation. ¿Qué podemos hacer más de nosotros juntos para proteger los ideales y posibilidades de nuestra internet?