Los compradores al recorrer los shoppings y las principales avenidas porteñas, en los últimos días se han encontrado con frases publicitarias de nuevos estilos, tales como “Festival de precios”, “Verano de rebajas”, “Tiempo de oportunidades”. La razón: pueden utilizar cualquier palabra menos “liquidación”, al menos, antes de febrero.
La limitación surge una nueva ley en la ciudad de Buenos
Aires que limitó las liquidaciones de temporada de verano e invierno, y agregó
otras reglamentaciones a la hora de vender moda. Tal es así que la norma
estableció que las liquidaciones de verano pueden arrancar recién el 1° de
febrero hasta el 31 de marzo, mientras que la de invierno puede comprender
desde el 1° de agosto hasta el 30 de septiembre.
Pese a las dudas sobre la vigencia de la norma –no se
encuentra reglamentada, en virtud de ello algunos locales todavía se escudan en
tal motivo para su incumplimiento-, la reacción de los negocios fue encontrar
recovecos para continuar con los descuentos sin que las sancionen.
Ante tal comportamiento, varios de los principales shoppings
alertaron a los inquilinos sobre estos cambios y solicitaron que los apliquen.
El objeto: evitar la sanción de multas. Aunque alguna marca, pese a que ya
tenía lista la cartelería, tuvo que modificarla.
En los centros comerciales, se comenta que los retoques
fueron más “cosméticos” que “de fondo”. De todas formas, aunque fue una
iniciativa de una legisladora del Pro, el gobierno porteño no vigila los
detalles, sino la aplicación de la norma en términos generales, detallan en el
sector.
En una etiqueta de indumentaria que apunta a sectores
medio-altos y altos, indicaron por ejemplo que se pueden hacer ofertas con la
condición de que se comuniquen los precios “antes y después, con el efecto de
la rebaja”.
Por otro lado, algunas marcas más exclusivas, que no suelen
poner sus precios en las vidrieras, tuvieron que recurrir al cartelito con el
precio de antes y el de ahora. La razón: la ley ha normado que “se entiende por
precio anterior al que hubiese sido aplicado a productos idénticos durante un
periodo continuado de por lo menos un mes en forma inmediatamente anterior a la
rebaja en cuestión”.
Asimismo, a los tradicionales carteles de “sale”, las
empresas también deben añadir en las vidrieras una palabra más. “La traducción
respectiva en español, con la misma tipografía y tamaño de letra” regló la
legislatura. Algunas marcas pusieron “Sale o sale”, y otras, optaron por la más
española “Rebajas”.