La participación de líderes empresariales en la discusión de temas importantes para el desarrollo social y económico en Latinoamérica y, por lo tanto, para el éxito de su actividad, es fundamental para identificar desafíos, definir soluciones y evitar enredos provocados por su propio silencio o voces de terceros
La edición latinoamericana
del Foro Económico Mundial, que en su edición 2011 se realiza en Rio de
Janeiro, Brasil, entre el 28 y 29 de abril, reafirma la importancia de establecer
contactos y relaciones interpersonales como herramientas claves para el éxito
de la comunicación empresarial.
La discusión de temas de relevancia
para la región en la reunión de Rio nos recuerda que es fundamental que los
líderes institucionales participen activamente de las redes sociales “reales”,
además de las “digitales”, ya que sólo en las primeras están llamados a
desempeñar un rol protagónico en la definición de prioridades y en la búsqueda
de soluciones, estrategias e iniciativas que contribuyan al desarrollo social y
económico en la región, además de los avances en materia de educación,
generación de empleos, sostenibilidad, acceso a crédito, crecimiento,
innovación, mejoramiento de infraestructura, desarrollo urbano e inclusión
social; asuntos que requieren hoy la mayor atención en Latinoamérica.
En los últimos años, uno de
los debates más frecuentes sobre comunicación corporativa es la conveniencia
–para algunos, incluso, obligación– de la participación de los líderes
empresariales en los llamados “medios sociales”, aquellos espacios digitales en
los que organizaciones, marcas y empresarios pueden compartir información,
comentarios y opiniones, interactuando con públicos internos y externos de las
empreas.
Sin embargo, la discusión
sobre la presencia y actividad en Facebook, Twitter, Orkut, LinkedIn u otros
medios sociales basados en la Internet, ha desplazado la atención de un
concepto básico en comunicación institucional y responsabilidad social
empresarial: la gestión de los líderes debe incluir la participación en los
foros de discusión de los temas que son fundamentales para sus actividades
organizacionales y empresariales, incluyendo aquellos en donde se debaten
asuntos sobre el desarrollo de sus países y de la región en su conjunto.
Las relaciones
interpersonales y de grupo, como la participación activa en el Foro Económico
Mundial, en otros eventos específicos de federaciones, asociaciones, grupos de
tareas e interés, y también las que una institución pueda organizar por su propia
cuenta para convocar a los públicos con los que quiera o precise relacionarse,
son esenciales para la labor empresarial en general y, en particular, para su
proceso de comunicación.
Por una parte, la
participación en reuniones permiten cumplir con el primer paso en cualquier
comunicación exitosa: escuchar. Muchas instituciones cometen un gran error: guían
sus comunicaciones por presunciones o estimaciones de lo que sus públicos
internos y externos perciben de ellas.
Los líderes empresariales -y
en muchos casos los directivos de comunicaciones, marketing y asuntos públicos-
habitualmente consideran que saben lo que los públicos piensan de su organización,
y no se dedican a preguntarle a los otros que piensan de ellos, ni aprovechan
para escucharlo directamente, definiendo así sus planes con base en sus propios
prejuicios.
Pocos dedican el tiempo,
esfuerzo y recursos necesarios para realizar investigaciones de mercados y
opinión, o para reunirse con representantes de esos grupos de interés. Con
mucha frecuencia se sorprenderían al saber que sus creencias sobre las
percepciones que otros tienen de sus instituciones, son equivocadas.
Segundo, la participación
activa en reuniones permite establecer contactos, iniciar relaciones y mantener
un diálogo directo. Es un intercambio de
información sin intermediarios. Una de las características de la comunicación
humana es que para lograrse, precisa de dos o más personas que se escuchen
entre sí y que tengan la vocación e interés de entenderse.
Así como dos monólogos no
representan un diálogo, si los líderes solamente participan en reuniones de
grupo para decir lo que piensan y evitan el intercambio constructivo,
difícilmente lleguen a establecer una buena conexión con sus interlocutores. Si,
por el contrario, logran establecer los vínculos comunicacionales, enriquecerán
sus puntos de vista y sus condiciones y capacidades para alcanzar el éxito.
Finalmente, tras escuchar y
compartir, los líderes pueden retroalimentar su toma de decisiones teniendo en
cuenta la nueva información y perspectivas adquiridas durante los diálogos. De
esta manera, estarán en mejores condiciones de analizar e interpretar qué
decisiones deben modificar o mejorar, en beneficio de su empresa, pero también
de sus relacionados, para aportar su contribución con el desarrollo social y
económico.
Condiciones del rol protagónico empresarial
Los líderes empresariales deben
ser proactivos y participar en la discusión de los temas fundamentales para sus
instituciones, países y región. Para ello, deben seleccionar estratégicamente
en qué foros lo harán y comprometerse a cumplir con su rol.
Los empresarios, así como
los líderes de instituciones sin fines de lucro, deben tener claro que una
organización no debe cerrarse sobre sí misma y dejar un espacio vacío en la
discusión grupal de temas de interés e importancia para su actividad. Su
ausencia o silencio solamente dejarán espacios para que terceros formen opinión
sobre los temas de interés.
Por lo tanto, las
instituciones debe seleccionar adecuadamente los eventos y reuniones en los que
pueda desarrollar redes de contactos y establecer una relación y una
comunicación directa con sus principales interlocutores, ya sean sus colaboradores,
la comunidad de negocios, el gobierno y los reguladores de los mercados en los
que opera, la sociedad civil, los líderes de opinión formales o informales, las
organizaciones no gubernamentales, los académicos o todos los otros públicos
que pueden incidir en el logro de sus objetivos institucionales.
La participación en
actividades privadas o públicas requiere de voluntad y compromiso de los
líderes. Es una gestión indelegable e intransferible, y requiere de tiempo y
dedicación. Los resultados intangibles que genera en la imagen y reputación de
las instituciones, y las oportunidades que resultan de las redes de contactos
que se desarrollan, son ciertamente excelentes.
Por el contrario, si los
líderes deciden esconder la cabeza como el avestruz, pueden quedarse enredados
en sus problemas institucionales, en la inacción o la confusión que pueden
generar su silencio o las voces de terceros. En el mundo real... o en el
digital.