La compañía holandesa Philips no ha podido hacer frente a la agresiva competencia asiática de marcas como Samsung y LG y decidió vender su división de televisores a la compañía china TPV después de 83 años.
La empresa ya había sugerido esta transacción, cuando
comunicó en marzo que su línea de negocio de televisores había acusado unas
pérdidas de entre 100 y 120 millones de euros sólo en el primer trimestre de
2011.
El abandono de Philips se produce en forma de transferencia
del negocio de televisores a la compañía china TPV. Ambas empresas han formado
una Joint Venture, participada al 70% por TPV y al 30% por Philips, para seguir
vendiendo televisores. TPV se encargará del diseño, fabricación y distribución
de los nuevos equipos y podrá utilizar la marca Philips durante cinco años
prorrogables por el mismo plazo si las cuentas van bien.