El presidente de la Cámara Argentina del Libro, Isaac Rubinzal, aseguró que ante las restricciones impuestas a la importación, sus asociados no encontraron problemas importantes ante la importación de libros.
Rubinzal precisó que “en seis meses del acuerdo, se viene cumpliendo todo correctamente y las cuentas vienen equilibradas entre exportaciones e importaciones”, y afirmó que “lo que es el negocio de la importación se vino dando de acuerdo a lo previsto”.
Destacó que “los importados que pueden presentar problemas son en realidad los que nadie pide, son libros de arte, pintura o música, que la gente los ve, les resulta atractiva su presentación, ilustraciones, contenido y pueden llegar a comprarlos”.
Como responsable de local de Cúspide, ejemplificó que esta cadena de librerías “es importadora de libros”, y puso de relieve que “lo hace sin problemas porque cuenta con el crédito exportador del Grupo Clarín”, a través de Artes Gráficas Rioplatense y de Artes Gráficas del Litoral.
“Hay libros que pueden llegar a faltar pero pueden ser tranquilamente impresos en Argentina y no necesariamente significaría un encarecimiento importante”, indicó el librero.
En ese sentido, precisó que “está el caso de Ediciones La Flor que imprimía Mafalda en Uruguay y ahora pasó a hacerlo en Argentina”, y añadió que “la diferencia de precio pasó de 240 a 270 pesos la colección”.
De todos modos, estimó que “esa diferencia de precio no afecta a quien lo va a comprar, pero se traduce en que se imprime el libro en el país y se crean fuentes de trabajo”.
Con respecto a la impresión local, Rubinzal señaló que “eso requiere retomar las conversaciones que iniciamos a fin del año pasado sobre la posibilidad de integrar a la cadena de valor, es decir, a imprenteros, gráficos, papeleros y a editores para manejar determinados costos que hagan viable la posibilidad”.