El spam telefónico sigue extendiéndose en España, a pesar de la ley que entró en vigor el pasado año con el objetivo de limitar los abusos de algunas empresas.
Todo
parece indicar que la Ley 29/2009 en la que se modifican algunas de las
principales leyes españolas en materia de comunicaciones y ofertas comerciales
para la mejora de la protección de los consumidores y usuarios, ha resultado
poco efectiva, ya que los usuarios y consumidores siguen estando desamparados
ante este tipo de prácticas debido a la dificultades para que sus denuncias
proliferen o tengan efecto, e incluso para descubrir la identidad de las
empresas poseedores de los datos utilizados para enviar anuncios publicitarios
de forma no autorizada.
Para
frenar estos problemas, el pasado año se puso en marcha un nuevo servicio
gestionado por la Federación de Comercio Electrónico y Marketing Directo
(FECEMD), denominado "Listas Robinson". Un servicio gratuito de
exclusión publicitaria a través del cual los usuarios pueden evitar recibir
comunicaciones comerciales no deseadas o cualquier tipo de publicidad
telefónica, electrónica o legal ya sea a través de llamadas telefónicas, correo
postal, correo electrónico, SMS o MMS.
Sin
embargo el spam telefónico más allá de perjudicar y ser considerado una
importante molestia por los usuarios y consumidores, supone a su vez una factor
perjudicial para la evolución del marketing móvil y las acciones que de forma
legal se desarrollan a través de dispositivos y teléfonos móviles debido a que
pueden modificar la predisposición de los propios usuarios y cerrar sus puertas
ante una industria que se encuentra en un momento crucial de su crecimiento.