El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, defendió la sanción de una nueva legislación para regular los medios de comunicación en el país, sector que, afirmó, es controlado por nueve familias.
“La
verdad es que nosotros tenemos nueve o diez familias que dominan la
comunicación en este país. Y la mayoría de esos grupos profesan prejuicio,
hasta odio, hacia el gobierno", expresó el mandatario.
Según
la Radio del Sur, el mandatario brasileño indicó que “sea quien sea electo” en
las elecciones presidenciales del venidero 3 de octubre en la nación
suramericana se “va a tener que fijar un nuevo marco regulatorio de las
comunicaciones”, según cita la Agencia AVN.
El
Jefe de Estado se refirió en las últimas semanas a la parcialidad de algunos diarios
y revistas que publicaron acusaciones contra miembros de su equipo de gobierno
a pocos días de los comicios.
“La
prensa brasileña debería asumir que tiene un candidato. Lo que no se puede
aceptar es que intenten vender la idea de neutralidad”, analizó Lula y agregó
que “dudo de que exista un país con más libertad de prensa” que Brasil.
El
mandatario explicó que la libertad de expresión “no significa que se pueda
inventar cosas el día entero. Significa que hay libertad para informar
correctamente a la opinión pública”.
Las
declaraciones del Presidente brasileño se producen mientras el candidato de la
oposición, José Serra, señaló que la libertad de prensa es objeto de chantaje
por parte del actual jefe de Estado.
La
red Globo es en la actualidad el mayor grupo de comunicación de Brasil y
Suramérica, y se encuentra entre los cinco más importantes del mundo.
Esta
empresa posee TV Globo, que con sus 122 emisoras llega al 99,5% de la población
brasileña y se mantiene con audiencias muy por encima de sus competidoras, SBT
y Récord.
El
grupo, además, es el mayor productor de contenidos del país y posee el diario
más vendido, O Globo, y más de un centenar de emisoras de radio.
En
varias oportunidades, el presidente Lula ha abogado públicamente por elaborar
un marco legal “más democrático”, con un nuevo sistema de distribución de
licencias que garantice el “pluralismo” y evite una situación en la que “unos
pocos grupos empresariales ejercen el control casi absoluto sobre la producción
y divulgación de los contenidos informativos y culturales”.
En
mayo del año pasado, el Tribunal Supremo Federal decidió abolir la Ley de
Medios de 1967, aprobada en tiempos de la dictadura y que legalizaba la censura
de ciertos temas y habilitaba el cierre de publicaciones.
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