Las 22 Academias de la Lengua Española aprobaron por unanimidad el texto definitivo de la nueva Ortografía, una obra de “valor incalculable” para la unidad del idioma y en la que se han mantenido la mayoría de las novedades difundidas en las últimas semanas.
Los directores y presidentes de las Academias, que
participan esta semana en la Feria del Libro de Guadalajara, hicieron público
este importante acuerdo en un encuentro con la prensa en el que desgranaron
algunas características de esta edición que es “más sólida, exhaustiva,
razonada y moderna” que la de 1999.
El director de la Academia mexicana, José Moreno de Alba,
dijo que esta Ortografía “es nueva” no
porque “modifique reglas o cree otras, sino porque las explica con todo
detalle” .
A principios de noviembre en la localidad riojana de San
Millán de la Cogolla (norte de España),
la Comisión Interacadémica que durante años ha preparado la nueva Ortografía
aprobó el texto básico de esta obra de referencia para los hispanohablantes,
que será mucho más amplia y razonada que la edición de 1999.
Se han introducido novedades que, aunque pequeñas, han
levantado revuelo entre la gente de a pie e incluso entre los escritores y
algunos académicos.
Polémico resulta en España que en ese texto básico se
proponga denominar “ye” a la “i griega”, y en algunos países de América tampoco
ha sentado muy bien que tengan que dejar de llamar “be alta” y “be baja”, “be larga” y “be corta”
a la “b” y la “v” .
La “uve doble”, “ve doble” o “doble ve”, se quedarán en
“doble uve” y la “zeta”, que también se
llama en algunos países “ceta” , “ceda”
o “zeda” , se escribirá “ceta” .
Suprimir tildes que uno aprendió de niño no es fácil de
asimilar, y por eso la propuesta de quitar las de monosílabos con diptongo
ortográfico -“guión” , “truhán” o “Sión”
, entre otros- ha encontrado cierta oposición entre escritores y académicos
españoles.