En Argentina los celulares con WiFi crecieron 538% en los dos últimos años, según se desprende del informe “Mercado celular argentino” recientemente realizado por Carrier y Asociados.
(Informe Comentarios de Carrier y Asoc) Mientras que en el 2008 se vendieron 221.000 equipos con
WiFi, esta cifra trepó a 505.000 en 2009 (+129%) y a 1,3 millón en 2010
(+162%). Este avance tiene mucho que ver con la explosión de los smartphones,
los cuales representan 85% del total de equipos con esta funcionalidad.
La relación de los operadores con el WiFi fue cambiando
radicalmente con el paso del tiempo. Originalmente fue visto como una amenaza,
ya que se creía que quienes tuvieran la posibilidad de conectarse gratuitamente
vía WiFi nunca pagarían un abono de datos. Pero esto cambió por varios motivos.
En primer lugar, si bien efectivamente el uso de WiFi actuó
de sustituto de la red móvil, esta tecnología mostró su flaqueza: la
conectividad se da por islas. Para establecer un paralelismo, conectarse con
WiFi equivale a utilizar un teléfono inalámbrico. Tiene un radio de acción
reducido. Así, algunos usuarios comienzan a disfrutar de los servicios de datos
conectados vía WiFi y los extrañan cuando no están al alcance de una red de
estas características. El siguiente paso entonces es contratar un abono para evitar
interrupciones.
Por otra parte, la conectividad WiFi mejora la experiencia
de uso porque tiene más velocidad que las redes celulares. Y esto puede ser
clave en el uso de aplicaciones tales como el streaming (de video o de audio).
Simultáneamente, alivia el tráfico de las redes móviles. Y es aquí donde los
operadores comienzan a ver al WiFi como un aliado y no como un enemigo.
Finalmente, aunque esto recién comienza a desarrollarse en
otros mercados, el uso de WiFi podría ser un sustituto de las nunca exitosas
femtoceldas. Por ejemplo, en Canadá el operador Rogers lanzó un servicio para
canalizar por WiFi no sólo datos sino también voz, y así poder dar servicios en
lugares con poca o nula señal, tal como sucede en sótanos o construcciones que
por sus características no permiten que la señal celular llegue con claridad.