El Grupo Clarín anunció en solicitadas que iniciará juicios a nivel local e internacional contra el gobierno del uruguayo José Mujica, al quitarle éste a Cablevisión una banda de frecuencia a cambio de otras más cortas.
El decreto, del 8 de marzo, señala que se trata de “una de las alternativas más atractivas para los operadores móviles para el despliegue de tecnologías 4G en razón de la escala de mercado y por la ventaja que representa en términos de propagación de señal de radio”. La medida se tomó en base al respaldo técnico proporcionado por un informe del Comité Técnico Consultivo para el uso del espectro 4G que funciona en la esfera de la Dirección Nacional de Telecomunicaciones (Dinatel), una repartición del Ministerio de Industria y Energía.
Si bien un vocero de Cablevisión señaló que la firma insistirá en mantener el diálogo con las autoridades, la empresa destacó en su solicitada que continuará “ofreciendo sus servicios con total normalidad”, advirtiendo que “de ser necesario acudirá al ámbito judicial y a los organismos internacionales para defender los legítimos derechos de sus clientes y de la empresa”. Asimismo, consideró que la firma del decreto 73/012 “limita de forma unilateral y arbitraria la cantidad de frecuencias y por lo tanto de señales que Cablevisión ofrece en los departamentos de Montevideo y Canelones bajo el reordenamiento del espacio radioeléctrico”.
Agregó que “de aplicarse esta discriminatoria medida generará un impacto muy negativo para los más de 70 mil clientes en dichos departamentos”, al tiempo que “atropella retroactivamente los derechos adquiridos y avanza contra la seguridad jurídica, bien muy preciado y fundado en el Uruguay”. El decreto implica, a juicio de Cablevisión, “la reducción” de 24 frecuencias a diez.
En declaraciones a El Observador, el subsecretario de Industria y Energía, Edgardo Ortuño, subrayó que el Poder Ejecutivo “está habilitado a innovar” en el espectro radioeléctrico “en beneficio del interés general para poder desarrollar nuevas tecnologías”.
Este episodio se desarrolla en medio de una puja entre los actuales dueños de los medios uruguayos y grupos extranjeros. Según fuentes del gobierno, no hay dudas que los elegidos serán los primeros.
