La revista La Maga, ícono del periodismo cultural en los años 90, volvió ayer a los kioscos, tras 13 años de ausencia.
La publicación fue creada en 1991 en el seno de la escuela
de periodismo TEA y se publicó hasta 1998, cuando su último dueño, Daniel
Lalín, tuvo que cerrarla definitivamente por falta de recursos para sostener su
salida a la calle.
Ahora La Maga, regresa a TEA donde nació hace 20 años y de
donde saldrá su financiamiento. También instaló allí mismo su redacción, que no
contará con muchos redactores en principio pero sí con muchos colaboradores de
peso.
Su director será el mismo que en aquel entonces, Carlos
Ares. “Esta Maga nace en tiempos confusos, cuando el propio oficio de
periodista está en cuestión y parece haber perdido su razón de ser en la
democracia (…) Si como personas físicas somos en parte lo que comemos; la
calidad de la democracia que construimos como sociedad tendrá siempre relación
con la información menos contaminada que se consuma”, señaló Ares.
La maga tendrá un valor de tapa de 12 pesos, vendrá con 48
páginas en las que se mezclará su clásico blanco y negro con nuevos aportes de
color.